HISTORIA
El antiflamenquismo de la generación del 98
El flamenquismo, definido por la Real Academia Española como la "afición a las costumbres flamencas o achuladas", es un cajón de sastre conceptual donde caben el cante flamenco y la afición a los toros, entre otros elementos castizos españoles. Estas costumbres fueron fuertemente atacadas por la generación del 98, siendo todos sus miembros "antiflamenquistas", a excepción de los hermanos Machado, pues Manuel y Antonio, al ser sevillanos e hijos del folclorista Demófilo, tenían una visión más compleja del asunto.
El paladín del antiflamenquismo fue el escritor madrileño Eugenio Noel, quien en su juventud había sido un casticista militante. Noel atribuyó al flamenco y la tauromaquia el origen de los males de España. A su entender, la ausencia de estas manifestaciones culturales en los modernos estados europeos parecía traducirse en un mayor desarrollo económico y social. Estas consideraciones hicieron que se estableciera durante décadas una grieta insalvable entre el flamenco y la mayor parte de la intelectualidad.
DANZA ARABE
Algunos beneficios adicionales
Psíquicos y emocionales
Si nos abocamos específicamente a la finalidad de la danza oriental, debemos retrotraernos a la prehistoria y señalar que el objetivo de este baile es hallar la armonía entre el cuerpo y el espíritu, y el medio es la contracción y relajación muscular en la parte inferior del tronco mediante movimientos circulares, a diferencia de otros que suelen centrarse en los músculos de las extremidades. El entrenamiento de la danza del vientre repercute en otras partes del cuerpo, fortaleciendo los músculos del abdomen, la parte inferior de la espalda y en particular la pelvis. Este último punto deja entrever la sabiduría de nuestros antepasados, dado que el movimiento circular de los músculos del abdomen implica una presión interior sumamente útil para el procesado de desechos en el cuerpo humano. Además, la danza tiene una doble función, por una parte nos invade de endorfinas el cerebro y aumenta la dopamina, por lo que obtenemos más relajación natural, y por otra nos hace vencer la inercia de permanecer sin hacer nada.
Por otro lado, la danza coordina los músculos y los nervios con la mente. Cuando el oído capta la música, tranquiliza, el cuerpo se manifiesta y se fusiona con la melodía o el ritmo desencadena en una sensación sumamente placentera que podríamos llamar felicidad. De hecho, la medicina utiliza actualmente la danza y la música como terapia; y a pesar de que la danza no es capaz de curar muchas enfermedades psicológicas o psiquiátricas, contribuye a curar la depresión, el nerviosismo y la neurosis, patologías corrientes en nuestros tiempos. Ahora bien, volviendo específicamente a la danza oriental, debemos decir si vemos a una bailarina talentosa, notaremos que en esta danza el sonido parece brotar del propio cuerpo, sea una música melodiosa o un ritmo rápido a base de tambores, así, podemos enumerar algunos de los beneficios emocionales de practicar la danza del vientre:
- Desbloqueos. Provoca el desbloqueo físico, psíquico y mental que induce a generar cambios de actitudes y a sentir más seguridad ante la vida.
- Expresión de emociones. Se trabaja con estados anímicos tales como la tristeza, la alegría, la picardía, la dulzura, que se reflejan en el cuerpo, es una danza que es capaz de traducir lo qué sucede en el interior de la bailarina, encontrando en esta forma de manifestación un gran alivio, tranquilidad y armonía.
- Fomenta la creatividad. Es una danza que valora la capacidad de improvisación, de creación de la intérprete, de la expresión de sentimientos, es un medio para contar una historia, valora la espontaneidad, cosa que no sucede en todas las danzas, y mucho menos en la vida social.
- Ayuda a recuperar la confianza en uno y a vencer viejos miedos. A lo largo de la vida, podemos construir ideas negativas acerca de nosotros o de nuestro cuerpo, generando complejos e inseguridades. Esta danza contribuye a desacartonar nuestro comportamiento, a movernos de manera más natural y sencilla.
- Realza la feminidad. Ayuda a conectarse con la esencia de lo femenino, y pudiendo a la vez explotar ese poder de seducción, venciendo prejuicios impuestos por la sociedad. El erotismo sólo se encuentra en la mirada del que observa.
- Ayuda a mejorar la comunicación. El bailar con otros, ya sea en danzas grupales improvisadas, o mismo el sólo hecho de compartir un espacio donde utilicemos este lenguaje corporal, hace que nos desinhibamos y creemos lazos con nuestros compañeros, muy diferentes a los que se crean fuera de ese ámbito.